Las tumbas

 



Para mí, son las tumbas. Las tumbas, los muertos que habitan cada rincón de esta isla. Siempre me han llamado la atención: tumbas en cualquier lugar, escondidas entre el verde y lo salvaje o a plena luz, a la vuelta de cada esquina. Tumbas. Resulta irónico, yo que no la tengo.

 

Hoy ha venido una serpiente a visitarme. Se ha arrastrado en toda su extensión sobre mi pierna derecha. Besándome despacio, centímetro a centímetro, su cuerpo viscoso y frio sobre mi piel desnuda, una larga lengua en un coito de pesadilla. Todo mi ser se ha estremecido ante el contacto, un recuerdo de miedos pasados. Siempre me dieron terror, ya ves, pero se ha limitado a tocarme y seguir su camino, no me puede hacer daño y tampoco lo quería. Yo era sólo un obstáculo más. Una se pasa la vida aterrorizada por pequeñeces y angustias baratas y al final la muerte nos encuentra a todos por igual y sueño y pesadilla vienen a ser dos caras de la misma moneda.

 

Me encontrarán pronto y me darán una tumba. Un lugar al que mi familia pueda venir con flores e incienso en el tercer mes lunar. Pero echaré de menos esta hondonada en la que mi cuerpo y la naturaleza se enredan y contaminan. Musgo en mi piel. Los insectos devoran mis partes más delicadas y en sus pequeños estómagos viajo más lejos, me expando como nunca lo hice viva.

 

Antes, ahora y después se han convertido en la misma cosa. En un momento soy joven, atlética y avanzo por la montaña con mis piernas fuertes y mi corazón valiente. Y al siguiente mi tobillo se tuerce, caigo y mi cabeza chasquea sobre una roca. Y entonces, el silencio.

 

Aquí la tierra es fértil hasta ahogarte. Lianas que crecen, se besan, se enroscan y fornican unas sobre otras, sobre árboles que mueren ahogados por falta de aliento, sobre matorrales y rocas. Verde sobre verde, hojas aovilladas sobre sí mismas, vida en estado puro, de una explosión de lujuria a otra. La tierra prolífica por castigo, vientre abundante como no lo fue el mío. Ahora sólo quiero unirme a ella. Alimentar la tierra de mi muerte y convertirme en verde también yo, volver a la vida y ser una con la isla, diosa de vivos y muertos. 

Foto: https://rachelsruminations.com/on-lamma-island-a-meditative-walk/

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